29 de enero de 2010

Pedir.

Me parece que carece de sentido que la gente le pida cosas a Dios, si de todos modos se supone que él hace su voluntad. Entonces no cambia nada ni aumentan las probabilidades de que algo suceda solo por pedirle. El (si suponemos que existe) va a hacer lo que quiera. Se han ido tantas horas, días, años y siglos perdidos de la humanidad yendo a misas a repetir cosas que finalmente sólo son un placebo. Pido, entonces, me escuchan, me la creo, me siento más seguro y las cosas suceden. Bonita receta. Pero para mí es una incongruencia. Como muchas otras cosas de las religiones. Hay quien le gusta creer y yo lo respeto. Pero la lógica no va de la mano de estas acciones.  Según yo. 


27 de enero de 2010

En movimiento.

Una imágen de video o cine fija hecha con cámara en mano da la sensación de estar flotando en el aire o en el mar. Se siente la velocidad de la sangre, la cadencia de la respiración, la fusión de un ser vivo animando a una bola de circuitos mecánicos que captan lo que uno encuadra. Se registra la trayectoria de la oscilación periódica del medio físico que lo hace suceder. La cabeza contra el cuerpo con la máquina. Se vuelve uno mismo. Se mantiene fijo. Y resulta tan fijo como un cuerpo vivo dormido tirado en el asfalto. Su piel se mueve. Sus vísceras siguen trabajando. Tiembla rítmicamente con la energía que sale de él. Una sensación natural. Aparato orgánico. El cuadro rígido bailando la música del cuerpo que la sostiene. Me encantan esas imágenes. Hacerlas y verlas. Qué cursi, qué barbaridad. Pero siento desde el estómago esa sensación en este instante. Siento mucho. Y justo estoy donde puedo escribirlo. Viendo Ballena Gris de Ariel Guzik. Qué sonrisa me sacó.



"Cuando algo vibra, busca propagar su efecto.
Cuando encuentra resonancia, se expande.
Lo que vibra y lo que resuena se integran mientras despliegan en el tiempo un velo de vibraciones y palpitaciones;  se intermodulan: se suman y se multiplican. Establecen una forma de orden que se opone - unas veces como vibración simple y otras cristalizándose en forma material- a sus contrapartes primordiales:
el antagonismo y el ruido."

 


26 de enero de 2010

Cigarros Fiesta.

Uno de los placeres de mi vida es fumar con mi abuela. Hoy fumé con ella. Yo (casi) sólo fumo con ella. Ella sólo fuma Fiesta y no usa ceniceros, sino servilletas que se van quemando en su mano porque es medio piromaniaca. Y lo hace diario desde los 14 ó 13 años. Contrario a lo que dice el doctor, no lo va a dejar ahora. Tiene 98. Nació el 11-11-11. Ve el futbol y se llama Salud Bravo. Pero lo estupendo es que está más cuerda que mi mamá. Su piel es hermosa, toda arrugada y truena cuando la acaricias. Ni siquiera tiene todo el pelo blanco y dice que ella es la única que se acuerda de las ánimas del purgatorio. Y dice que como en la tele, allá hay gente encuerada también esperando ser perdonada. También dice: "como dijo Don Beto, estoy como quiero".  A veces si me enfada cuando habla del perico, o me pregunta que porqué no duermo con mis papás. Pero casi siempre me habla de otras cosas, como que no se quería casar con mi abuelo. Con nadie de hecho, sólo quería estar con sus amigas y ya. Desde hace unos años ya se murió su familia directa y sus amigas. Si algo te duele y le cuentas, siempre conoció a alguien que tenía algo parecido y se murió. Eso me encanta y a todos les rarea. Pero también me cuenta lo aburrido que es nada más sentarse a esperar la muerte. Creo que todos le enfadamos. Me incluyo aunque siempre le da mucho gusto verme y me dice cuanto esperaba ese momento. Somos una bola de idiotas menores de edad, incluyendo los viejitos. Qué sabemos nosotros de todo. De ella. De cumplir 98 años. De ver morir a todos y a gente más jóven. Hace poco sintió que ya se iba  a morir. Pero no se murió. Fue sólo una noche. Ahora no lo siente. Y a veces se hace la que no oye mejor. Pareciera que la tratamos como un niño. Pero camina perfecto, escucha perfecto, ve perfecto, tiene la risa y la voz ronca y un humor muy ácido. Y no le importa eructar en público. Y sabe perfecto lo que sucede. Y duerme cuando quiere. Y hace casi lo que quiere. Y le gusta que la acompañe a fumar. Y fumamos cada que nos vemos. Un Fiesta cada quién. 

Salud, por Salud!



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25 de enero de 2010

Todos tienen Facebook.

Yo también y sólo he subido una foto. Aunque la actividad de tener un blog es de los 2000's apenas lo abrí y disfruto la old fashionería de hacerlo. Estoy medio atrasada tal vez. Estos días tuve interacciones varias con gente de Estados Unidos. Fui minoría varios días de nacionalidad en mi propio país, pero fue entretenido e interesante. Sin especificar y sin generalizar: Cualquier cosa referente a seguir en contacto es como: Te agrego en FB. Nadie de ellos tardó más de 24 horas en mandar o aceptar el friend request. Y cuando te agregan, desaparecen las palabras. No mensajes, no nada. Sólo es como apuntar algo en la agenda y jamás abrirla otra vez.

Su piel huele a aire acondicionado.

Lo común de referirse a FB, ya ni siquiera hay esa convergencia de ser junkies. Asumatón. Todo. Y hay quien ni siquiera publica nada. Como yo. No he nacido. Tal vez en 2016. Y ni modo. Tenemos tanto en común ya. Todos en todos lados. Unos más rápido que otros. No podemos quedarnos sin luz jamás.Y ya. Todo lo nuevo es obsoleto. Hasta esta publicación, parece que la hice en 2008. Y a ver cuando nos morimos y se quedan nuestros perfiles abiertos para siempre. Si no hay nada qué hacer después de morir, pero seguimos por ahí, voy a hacer friend requests del más allá.


"All of the advantages of Christianity and alcohol; none of their defects."
"Yes, and civilization is sterilization."
Aldous Huxley.


>> Sara Herculano. shhhhhhhh.

18 de enero de 2010

Viendo los minutos pasar.

Yo hoy me siento como cuando era chiquita y no quería hacer la tarea y se hacía de noche. Son las 4.55 de la mañana y sigo sentada perdiendo el tiempo y sin editar eficazmente. Y no quiero. No, no y no. Pero algo tengo que hacer pronto porque mañana me voy a la playa a ponerme café. 



17 de enero de 2010

Espectaculares.


El mundo de la publicidad se me hace feo, pero si disfruto bien ver buenos anuncios. Ya invadieron las ciudades, y lo bueno de eso es que siempre hay palabras qué ir leyendo, puros vendedores silenciosos. En este contexto está padrísimo el d.f., porque como un 35% del paisaje es eso.  Es como parte del modjo de la Ciudad. La mayoría de los anuncios son bien normales y olvidables, pero alguno que otro si saca sonrisas.  Pasamos horas de nuestra vida viendo y leyendo cosas que venden. No siempre por accidente, a veces adrede también. Pero sí, sí es más placer reír por la chamba de algunos creativos adictos, que no reír y frustrarse leyendo chistes de Selecciones. A alguien le pagaron por idearlo. Vendedores divertidos que ganan bien.  No, no me gustaría trabajar en publicidad, para nada. Aunque estoy segura que debe haber una parte hermosa en el proceso de hacer este tipo de ideas.  Aquí puse dos que he visto y me han gustado y que creo  que los creativos se cagaron de risa un rato y ese día durmieron bien rico (y esta página con tantas cosas hermosas para perder el tiempo sin pensar que está uno haciendo puras tonterías):  



 

www.ibelieveinadv.com


15 de enero de 2010

Soundtrack.














Uno de los mejores soundtracks que existen.




Film de David Lynch.

Recuerdos y miedo.



La mayoría de los días del año son lineales y totalmente olvidables. Yo creo que recordamos realmente como 10 días al año. Cuando haces algo extraño a lo habitual haces esos días un poco menos olvidables. No me acuerdo por ejemplo cuando me lavé los dientes hace una semana. Sé que sucedió porque sucede siempre, pero no porque me acuerde cepillarlos. A quién le importa recordar eso? Todo es así. Pero cuando me atrevo a hacer cosas extrañas, veo que la recompensa es mayor, que no atreverse a nada. Una vez me tiré de un avión y fue sublime. Lo hice 4 veces más. Lo haría más. La cosa es que cada vez da más miedo hacer cosas, menos si no te acuerdas de hacerlas (porque sí, se olvida) y te acostumbras a lo aburrido. Es lo malo. Te das cuenta que nada es tan bonito. Ni la gente, ni las situaciones. No existen esos caminos que podrían esperar años para ser increíbles. No hay nada ideal. No hay nada hermoso. Paradójico porque entonces debería darnos más gusto morirnos y aventarnos de trenes en movimiento o correr desnudos por una avenida transitada o encontrar la manera de olvidarnos de lo depresiva que es la realidad. Pero no. También eso da miedo a veces. Es un sin fin de colecciones de días olvidables que no sirven para nada. Y todas esas lecciones cursis de "aprovecha el día" también se destruyen porque se olvidan y el miedo es más grande que todo lo demás. Ni modo, así es. Seguro que jamás recordaré lo que haga hoy. A todo esto, hace poco sí transformé un día olvidable en un recuerdo.

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Keaton always said, "I don't believe in God, but I'm afraid of him." Well I believe in God, and the only thing that scares me is Keyser Soze.

14 de enero de 2010

Hoyos.

Cuántas veces y de cuántas maneras se puede caer en hoyos. Hay de distintos tipos: hoyos en el piso, hoyos negros, baches, trampas. Los hoyos negros mentales son horribles y difíciles de esquivar. He estado snowboardeando por esos hoyos en varias ocasiones y he logrado salir. Es posible. Y cuando no sea, es cuando se mata uno. En los noventas caí en un bache y rompí el carter del auto cuando iba al bosque. "Estoy en el hoyo" dicen también. A mí me gusta más decir "estoy en llamas" en ese caso. En los ochentas mi mamá se cayó a un pozo. Me acuerdo pasar por ahí primero y ver una tabla medio frágil tapándolo. La siguiente cosa que escucho atrás de mi, es la voz de mi mamá diciendo: "esta tabla está muy frágil". Volteo y veo a mi madre con su vestido blanco y unos lentes oscuros que abarcaban el 40% de su cara poniendo el segundo pie sobre la tabla. Pasa un segundo de que termina la frase y apoya todo su peso en la tabla, cuando ésta se rompe y desaparece el 80% del cuerpo de mi mamá. Ahí sigue, pero solo en plano medio a partir del piso deteniéndose con los codos. Yo me reí mucho, no lo pude evitar. Aún ahora, lo recuerdo y me da risa. Pero el otro día me presentaron un muchacho. El dijo: "Si, ya nos habíamos visto. Te caíste a un hoyo un día." Y es verdad, me caí a un hoyo un día. No lo recuerdo a él, pero el momento sí. Fue en la noche, en el centro. Había mucha gente en la calle y se me fue el 70% de mis piernas. Más chico que el de mi mamá, pero el efecto creo que fue bastante parecido. Yo misma me reí en ese momento, de tal suerte que éste muchacho seguramente también lo hizo, aún cuando me lo recordó.

... "El humor no nos salva; no sirve prácticamente para nada. Uno puede enfrentarse a los acontecimientos de la vida con humor durante años, a veces muchos años, y en algunos casos puede mantener una actitud humorística casi hasta el final; pero la vida siempre nos rompe el corazón. Por mucho valor, sangre fría y humor que uno acumule a lo largo de su vida, siempre acaba con el corazón destrozado. Y entonces uno deja de reírse. A fin de cuentas ya sólo quedan la soledad, el frío y el silencio. A fin de cuentas sólo queda la muerte."

11 de enero de 2010

Un centímetro de más, un segundo de menos.

Un convertible lleno de hombres se pasó el alto y venía directo a la trompa del auto donde veníamos.  Vimos los trompos, como girábamos mientras salían las bolsas de aire, la sangre embarrada y una fractura expuesta. Yo intentando preguntarles a los demás si están bien, o algo medianamente coherente, humano.  Vi mi celular y pensaba a quién llamar primero, cual de nosotros está peor, cual celular está más cerca, no sé. No ví a los hombres del convertible porque supongo que se regaron por el pavimento. Algunos chismosos pero nadie ayudaba. Vi la ambulancia llegar, el seguro, la policía. De pronto abro los ojos en el hospital y me ví con miedo, con suero, sin pierna y sin que nadie me dijera nada ni de mi ni de nadie. No. Nada de esto sucedió. Sólo en mi cabeza. Ese nanosegundo cuando todo es incierto, alcanzas a ver todo esto. Oportunamente (y hasta medio aburrido para el relato) nuestro auto frenó y el convertible dió el volantazo y se fue a los cuatro carriles del sentido contrario, donde tampoco  venía ni un auto y nadie chocó y a nadie le pasó nada. Me dió tiempo de llegar a platicar por skype, de poner la cámara, de lavarme los dientes, de platicarle mi sueño a alguien, de asomarme a ver el árbol de aquí afuera, de que alguien me dijera cosas bonitas, de escuchar un eructo, de reírme, de vivir otros días sin secuelas.

>> Y también de escuchar un poco más de Merzbow.




9 de enero de 2010

Alimentos y leídas.

Llevo dos días sin comer. Se me olvidó.  Pero hoy como sí me acordé, decidí darme un banquetón. Leí un poco mientras comí, pero un periódico. El de al lado en cambio, sólo también, leía un libro, ya casi al final. Se nota que ya había terminado de comer desde hacía rato, tenía varias colillas en el cenicero  y su taza de café vacía y no podía dejar de leer el final de su libro. Y se me antojó muchísimo y odié no traer un libro casi terminado. Justo antes de que llegara mi café, un chico de lentes oscuros se metió el saxofón a la boca y empezó a tocar. Es súper placentero sentarse a comer al aire libre solo. Leyendo un poco y disfrutando la comida. Y mejor aún escuchando un saxofón. Es muy distinta la sensación de comer y leer a la de comer y ver la tele por ejemplo, aunque el saxofonista era medio malo. Y aún más padre es terminar un libro. Yo hoy sólo terminé de comer y vi como el de al lado sonrió, cerró su libro y se fue. 


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