13 de febrero de 2011

Mensaje porquería.

Hace poquísimo tiempo tuve la duda de estar en el mal lugar en el mal momento. La tuvimos los tres cuando la policía nos apuntaba. Sólo estábamos sentados, pero atrás de nosotros muchos hombres tenían look de que podrían tener culpas. Nos fuimos. Y luego volvimos a ese lugar aburrido y sospechoso, sede del crimen organizado, como tan de moda está. Y la gente nos creyó y nos dieron asilo y comida gratis por tres días. Dormimos en un altar. Y yo me desvestía atrás de la mesa del altar. Si supieran que el padre jamás supo ni nos recomendó, ni nos conoció tanto, y sobre todo que nos tomamos fotos como exorcistas usando sus crucifijos no sé como reaccionarían. Es como ser infiel, supongo. Mientras no se den cuenta y tengan otra idea en la cabeza que los haga felíz, todos estamos felices. Es salvarse. Es lograrlo. Una historia de "éxito" entre tanta mierda que hay en el país. Llévese uno de estos mensajes y muchos más en pergamino en la compra de unas joyas.