26 de junio de 2011

Inbox con ritmo.

Rayos y cigarros.

Mi color favorito en el cielo es el gris oscuro. Si hay rayos mejor. Si hay olor a lluvia mejor. Si hay lluvia mejor. Mojarme en la lluvia es una de mis actividades favoritas. Me gusta el sonido de los tubos de agua viejos. Me gusta sentir el agua helada en mis manos. Me gusta abrir la boca y que me caigan copos de nieve. Me gusta patinar en hielo. Me gusta beber agua. No me gusta tener pánico al agua. No me gusta no poder hundirme y ver cardúmenes. Pero el agua que viene, que cae, me mata. Anoche convencí a un asaltante a punta de cuchillo del tamaño de mi antebrazo de que traía pura basura en mi bolsa. No se llevó nada mío. Ni mi celular ni mi cartera. Algún día decreté que yo podría convencer a algún asaltante de no robarme, y sé que sólo se me hizo realidad porque me tocó un pendejo. Pero el otro sí traía pistola, cargada y todo, apuntando a las piernas y sí se veía más bravo y sí logró obtener mucho más de él. Aventó las llaves del auto. Nos fuimos y después de cancelar tarjetas y deletrearles cosas a los policías que las gotas de lluvia destruían sobre su libreta de tareas, caminamos para comprar unos cigarros mientras caían más y más gotas. Nos mojamos y de 4 ó 5 lugares que fuimos, nadie nos aceptó la única tarjeta que no robaron, la mía. Hasta que fuimos a un Oxxo y nos formamos atrás de un borracho que le gritaba al cajero de ojos rojos y almohada marcada en la cara y nos contó un partido de fut y nos pichó la cajetilla por haberlo escuchado. Un cigarro a las cuatro de la mañana con sonido de lluvia y la conclusión de que nadie necesitamos nada y que deberíamos tirar todo a la calle para que se lo roben.

Rock.