18 de octubre de 2018

Círculos

La luz del sol camina en horizontal, no importa si es verano, otoño, primavera o invierno. En verano da una vuelta de casi 360 grados. No se alcanza a cerrar el círculo a la vista, pero se puede saber su trayectoria tras las montañas que siguen iluminadas por una luz que no se va nunca y amanece a la hora que cierran los bares comunes. En invierno esa línea es mucho más corta y dura poco, pero todo lo que dura el día las sombras son largas, muy largas.

Este lugar no se parece a nada. Por lo menos a nada de lo que conozco. Hace tiempo que no estuve en un lugar así de nuevo. Aunque estuve aquí ya desde hace un año observando, no me dejan de sorprender los paisajes de cada estación, ni la luz que parece cambiar día con día. No me cansan los días nublados, ni las lluvias, ni la nieve. Ningún frío dura más que el calorcito de estar en casa. La luz de los días nublados también es distinta. A veces se asoman los reflejos en el mar, de dos o tres soles en diferentes posiciones horizontalmente. ¿Porqué? Me pregunto cada vez que lo veo. Pues mi cabeza no procesa una lógica a esos reflejos. Pero igual lo disfruto.

Se acerca el día en que dejo de estar en mis treinta. Me cuido más pero escojo como healthy snack, unas palomitas de maíz explotadas con puro aire caliente. Hago ejercicio pero a veces me cuesta trabajo caminar rápido por tener prisa, o subir grandes pendientes. Cocino más pero sigo hablándole a la cámara imaginaria del programa de tele imaginario en donde yo soy la protagonista que cocina y explica cada paso. Disfruto andar en bici como cuando salía a jugar, aunque vaya a trabajar. Disfruto las lunas y les aullo a veces. Me siento como una niña llegando a una escuela nueva, aunque esa escuela en realidad es un país, y el idioma sea otro, y ya todos tengan sus amigos de siempre.

Me gustan las cosas frescas. El viento. Los lugares altos. Recibir buenas noticias. Hoy respiré aire fresco, sentí el viento en mi cuerpo, subí la pendiente para llegar a casa, al buzón, a ese sobre blanco que por supuesto, traía las buenas noticias.



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