14 de enero de 2010

Hoyos.

Cuántas veces y de cuántas maneras se puede caer en hoyos. Hay de distintos tipos: hoyos en el piso, hoyos negros, baches, trampas. Los hoyos negros mentales son horribles y difíciles de esquivar. He estado snowboardeando por esos hoyos en varias ocasiones y he logrado salir. Es posible. Y cuando no sea, es cuando se mata uno. En los noventas caí en un bache y rompí el carter del auto cuando iba al bosque. "Estoy en el hoyo" dicen también. A mí me gusta más decir "estoy en llamas" en ese caso. En los ochentas mi mamá se cayó a un pozo. Me acuerdo pasar por ahí primero y ver una tabla medio frágil tapándolo. La siguiente cosa que escucho atrás de mi, es la voz de mi mamá diciendo: "esta tabla está muy frágil". Volteo y veo a mi madre con su vestido blanco y unos lentes oscuros que abarcaban el 40% de su cara poniendo el segundo pie sobre la tabla. Pasa un segundo de que termina la frase y apoya todo su peso en la tabla, cuando ésta se rompe y desaparece el 80% del cuerpo de mi mamá. Ahí sigue, pero solo en plano medio a partir del piso deteniéndose con los codos. Yo me reí mucho, no lo pude evitar. Aún ahora, lo recuerdo y me da risa. Pero el otro día me presentaron un muchacho. El dijo: "Si, ya nos habíamos visto. Te caíste a un hoyo un día." Y es verdad, me caí a un hoyo un día. No lo recuerdo a él, pero el momento sí. Fue en la noche, en el centro. Había mucha gente en la calle y se me fue el 70% de mis piernas. Más chico que el de mi mamá, pero el efecto creo que fue bastante parecido. Yo misma me reí en ese momento, de tal suerte que éste muchacho seguramente también lo hizo, aún cuando me lo recordó.

... "El humor no nos salva; no sirve prácticamente para nada. Uno puede enfrentarse a los acontecimientos de la vida con humor durante años, a veces muchos años, y en algunos casos puede mantener una actitud humorística casi hasta el final; pero la vida siempre nos rompe el corazón. Por mucho valor, sangre fría y humor que uno acumule a lo largo de su vida, siempre acaba con el corazón destrozado. Y entonces uno deja de reírse. A fin de cuentas ya sólo quedan la soledad, el frío y el silencio. A fin de cuentas sólo queda la muerte."

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