15 de enero de 2010

Recuerdos y miedo.



La mayoría de los días del año son lineales y totalmente olvidables. Yo creo que recordamos realmente como 10 días al año. Cuando haces algo extraño a lo habitual haces esos días un poco menos olvidables. No me acuerdo por ejemplo cuando me lavé los dientes hace una semana. Sé que sucedió porque sucede siempre, pero no porque me acuerde cepillarlos. A quién le importa recordar eso? Todo es así. Pero cuando me atrevo a hacer cosas extrañas, veo que la recompensa es mayor, que no atreverse a nada. Una vez me tiré de un avión y fue sublime. Lo hice 4 veces más. Lo haría más. La cosa es que cada vez da más miedo hacer cosas, menos si no te acuerdas de hacerlas (porque sí, se olvida) y te acostumbras a lo aburrido. Es lo malo. Te das cuenta que nada es tan bonito. Ni la gente, ni las situaciones. No existen esos caminos que podrían esperar años para ser increíbles. No hay nada ideal. No hay nada hermoso. Paradójico porque entonces debería darnos más gusto morirnos y aventarnos de trenes en movimiento o correr desnudos por una avenida transitada o encontrar la manera de olvidarnos de lo depresiva que es la realidad. Pero no. También eso da miedo a veces. Es un sin fin de colecciones de días olvidables que no sirven para nada. Y todas esas lecciones cursis de "aprovecha el día" también se destruyen porque se olvidan y el miedo es más grande que todo lo demás. Ni modo, así es. Seguro que jamás recordaré lo que haga hoy. A todo esto, hace poco sí transformé un día olvidable en un recuerdo.

>>

Keaton always said, "I don't believe in God, but I'm afraid of him." Well I believe in God, and the only thing that scares me is Keyser Soze.

No hay comentarios:

Publicar un comentario